El 17 de noviembre se celebra la VIII Jornada Mundial de los Pobres, establecida por el Papa Francisco. El lema de este año es “La oración del pobre sube hasta Dios” (cfr. Sirácides 21, 5). El Papa, en su mensaje para esta jornada, nos exhorta a que la oración sea camino para entrar en comunión con los pobres y compartir su sufrimiento, especialmente en este año dedicado a la oración.

La oración del pobre sube hasta Dios

Sirácides 21,5

Esto requiere un corazón humilde, que tenga la valentía de convertirse en mendigo, dispuesto a reconocerse pobre y necesitado. Es una ocasión propicia para llevar a cabo iniciativas que ayuden concretamente a los pobre, y también para apoyar a tantos voluntarios que se dedican con pasión a los más necesitados.

Las personas más pobres suelen quedar en las afueras de los espacios cotidianos. El sufrimiento, el dolor, la pobreza, incomodan y desajustan nuestro orden personal y social, y tendemos a mirar hacia otro lado, como el que quiere no saber para no tener que responder nada. No verse afectado.

Sin embargo, la propuesta de Jesús a sus seguidores, la comunidad cristiana, es a conocer y tomar contacto con las personas que viven estas situaciones, para dejarnos conmover por el sufrimiento de quienes necesitan ser escuchados, acogidos, vestidos o sanados, tal y como hace el Padre, que cuida y conoce lo que necesitamos cada uno de sus hijos e hijas, porque nadie está excluido de su corazón.

Celebremos esta Jornada en nuestras comunidades y parroquias no como un día más, sino como camino de conversión y crecer en oración, fraternidad y caridad.

Ver el «Mensaje del Santo Padre»