El nacimiento de la virgen María, es la fiesta patronal de nuestra familia Congregacional. Desde los orígenes, la congregación seglar de la Natividad de Ntra. Sra., celebraba esta fiesta con gran gozo y amor filial. Bajo el amparo de María Niña, los congregantes inician su camino, del mismo modo que lo harán las señoras de la Casa Darder y unidas a Ella, vivirán la vida de fe y caridad, la comunión fraterna y la misión.
En el hoy de nuestra historia y en este camino de revitalización de nuestra vida consagrada apostólica, para nosotras, Franciscanas Misioneras de la Natividad de Nuestra Señora el nacimiento de María Virgen, es la fuente que inspira nuestro estilo de vida en el servicio a Cristo en los enfermos y necesitados.
Con motivo de esta nuestra fiesta patronal, es bueno refrescar nuestra memoria y traer a ella, un poco de la historia relacionada a esta fiesta de la iglesia universal.
El Nacimiento de la Virgen o Natividad de María es una de las trece fiestas marianas del calendario romano general de la Iglesia católica. Se celebra el 8 de septiembre, nueve meses después de la dedicada a la Inmaculada Concepción de la Virgen que se celebra el 8 de diciembre.
La celebración de la fiesta de la Natividad de la Santísima Virgen María, es conocida en Oriente desde el siglo VI. Fue fijada el 8 de septiembre, día con el que se abre el año litúrgico bizantino, el cual se cierra con la Dormición, en agosto. En Occidente fue introducida hacia el siglo VII en el papado de Sergio I, y era celebrada con una procesión-letanía, que terminaba en la Basílica de Santa María la Mayor. En el año 722 el papa Gregorio II instituyó la vigilia de la Natividad de nuestra Señora. En 1243 Inocencio IV instituyó la octava.